Ciudades en el Adriático de parada obligada para navegantes
Ciudades en el Adriático de parada obligada para navegantes
El atractivo de la costa croata está inseparablemente vinculado con el espíritu de los pueblos isleños, centros de vida urbana por toda la costa. Estas localidades ofrecen un rico patrimonio histórico, visible en cada esquina, inscrito en la piedra de sus casas, plazas y callejuelas, pintadas de alegría mediterránea; siendo su emblema también la cordialidad de los anfitriones, parte inseparable de la cultura de la vida en el mar y con el mar. Nuestra selección, que recorre el Adriático croata de sur a norte, incluye los principales pueblos que, además de su belleza y relevancia, ofrecen un amarre seguro y son, por eso, paradas obligadas para los navegantes.
Šipanska Luka

Šipan
Šipanska Luka, en su día el destino predilecto de los patricios de Dubrovnik, conserva la representativa armonía original, pese a su creciente popularidad. Situada en un profundo entrante del mar y rodeada de abundante vegetación autóctona, Šipanska Luka ofrece un amarre seguro e impresiona con sus residencias de verano, arquitectura alegre y excelente oferta gastronómica, que son sólo algunos de los motivos que convierten este pueblo pesquero en un destino ineludible.
Korčula

Korčula
Korčula, la localidad rodeada de imponentes murallas y altos bastiones, con su peculiar trazado de callejuelas de piedra y sus casas que han sido testigos de una historia turbulenta, también es conocida como “la pequeña Dubrovnik“, debido a una semejanza indiscutible entre las dos. Es la ciudad natal del marino Marco Polo, hogar de la danza de sable moreška y de la canción a capella de klape. Situada en el límite entre las aguas de Split y las de Dubrovnik, es el destino predilecto de numerosos navegantes.
Komiža

Komiža
Komiža es la más antigua localidad pesquera en el Adriático y destino predilecto de muchos marinos soñadores. Ubicada en una gran bahía, bajo acantilados escarpados, presume del puerto más cautivador del Adriático, cuyo orden perfecto, colores alegres y arquitectura armoniosa le han merecido el título de una da las joyas no sólo del mar Adriático, sino también de otros mares.
Hvar

Hvar
Hvar, conocida también como la Saint-Tropez croata, es una de las más bellas localidades isleñas del Adriático. Dominan esta localidad una colina y una fortaleza conocida como la Fortica, las cuales ofrecen una vista espectacular a las serpenteantes calles de piedra, al pintoresco puerto del pueblo, a los largos paseos marítimos y a las lagunas de color turquesa entre las islas de Paklinski otoci. Es una experiencia mágica acercarse a Hvar desde el mar, mientras se te adelantan con maestría algunos barqueros croatas, verdaderos virtuosos de la navegación. Y esto no es más que un esbozo de la historia sobre el espíritu y la belleza de Hvar, reconocidos por los marinos, estrellas internacionales y amantes de la vida nocturna.
Skradin

Skradin
En la misma desembocadura del río Krka, donde hace dos mil años los antiguos romanos amarraban sus galeras, se encuentra la cautivadora localidad de Skradin, donde el canto simultáneo de las cigarras y el croar de las ranas revelan el conjunto mágico de la naturaleza con el que nos encontramos aquí. El casco antiguo de este pueblo magnífico ha sido declarado monumento cultural protegido y Skradin, como destino predilecto de navegantes, también representa la puerta “marítima“ de otro milagro de la naturaleza: el cercano Parque Nacional del Krka.
Cres

Cres
Cres es una localidad tranquila con un emblemático y concurrido embarcadero medieval, y un casco antiguo con altas y estrechas casas que se apoyan unas en otras creando un laberinto de piedra. Ubicada al fondo de un entrante de mar y rodeada de praderas verdes, la localidad de Cres ofrece al visitante un ambiente más bien propio de un lago. El gran puerto deportivo situado junto al pueblo le aporta una relevancia especial, y sirve de punto de partida para las rutas por Kvarner.
Rab

Rab
. La localidad de Rab merece el título de la joya más preciada de las aguas del norte del Adriático. Ceñida por murallas y decorada con cuatro campanarios, Rab recuerda a un velero con cuatro mástiles anclado. El pueblo en sí presume de su armonía arquitectónica, uno de los parques más bonitos del Adriático y el resguardado y muy frecuentado puerto local. Los eventos de carácter histórico-cultural como Rapska fjera y Rapske viteške igre constituyen un motivo adicional para visitar este lugar mágico, que cuenta, además, con un bonito puerto deportivo.